lunes, 24 de octubre de 2016

domingo, 18 de noviembre de 2007

EN CABEZA AJENA Y PROPIA




EN CABEZA AJENA Y EN CABEZA PROPIA
En cabeza ajena es muy fácil decir: reza; la oración es potentísima; ten fe; confía en Dios… Lo cual es lo mismo que cuando alguien tiene buena salud y no conoce de lo que es estar enfermo y a modo de una persona inconsciente recomienda o la oración, o la distracción o prácticas esotéricas de poca monta. Y es que el aguijón del dolor no ha herido los propios sentimientos. Las aguas de nuestro ser están claras y serenas. Cosa distinta suele acontecer cuando el dolor, la incomprensión, la adversidad o una particular y desagradable situación nos visita. Sobre todo si, como dice el adagio, ‘no estamos curados en salud’, no estamos preparados para enfrentar: bien lo que se veía venir o bien lo imprevisto.
Las palabras de Cristo, el Hijo de Dios, nos invitan a superar el dolor, a sublimar el sentimiento herido o contrariado. Si bien dicen “orad”, “pedid”, también conllevan a que imitemos el ejemplo que El nos dio:”Padre, si es posible, aleja de mí este cáliz. Mas no se haga mi voluntad , sino la tuya”. Y aquí radica el ‘quid’ de ser cristiano de ver-dad, o, al contrario, serlo de conveniencia, facilismo, ignorancia o fanatismo. El cristiano de verdad se despega de la alegría y del sufrimiento, y acepta la realidad con pies en tierra y con la mente en lo trascendental y , si el caso lo requiere, con el corazón en la humanidad (con el desprendimiento de sí mismo, en caridad a su prójimo). Casos hay de madres que al concebir y dar a luz a su criatura la ofrecen a Dios, y desde ese mismo momento parecieran encarnar los versos de Kahil Gibran:
“Tus hijos, no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida, deseosa de sí misma. No vienen de ti, sino a través de ti y, aunque estén contigo, no te pertenecen”.
Madres que, al hacer esta consagración, se han liberado de las amarras del dolor y han desviado el curso del sufrimiento por la pérdida de un hijo y han atraído en su transitar de madres el don de fortaleza y el de la santa resignación o consuelo de gloria de parte de Dios. Y madres así las hay todavía. Y hombres de verdadera fe en Dios también los hay. ¡Pobre hombre o mujer que ponga su esperanza en las cosas de esta vida!
Decían a Jesús los apegados a este mundo:“Duras son tus palabras, Maestro”. Muy duras quizás. “Cristo hablaba en parábolas, pero a sus discípulos les explicaba”. Y ellos aprendían del valor de la oración. Y quien se aprecie de ser cristiano (discípulo de Cristo) debe asimilar el contexto de todo su mensaje; no palabras sueltas y de conveniencia personal o de un entretenimiento cuando las cosas de la vida salen bien. ¿Y cuando salen mal? Ah, si salen mal: “¿Por qué Dios permite esto? Tanto rezar, para nada”. Y lo que era una fe deslumbrante en la cumbre de ‘doña felicidad’ se convierte en tinieblas y en tormentas de desconcierto cuando llega una hora no deseada. Rayos y truenos ofuscan y amedrentan el alma y la hacen sucumbir a oscuros abismos de lamentaciones y desesperación. Y es que en cabeza ajena todo es muy bonito, y es hasta placentero enseñar a otros a orar. Mas cuando llega la hora… Hay, pues, que estar preparados para lo agradable y para lo desagradable. Hay necesidad de elevar nuestro nivel de conciencia (a ‘Conciencia Cósmica’, que nos sitúa con equilibrio entre los pares de opuestos (bien-mal)) y entonces comprenderemos mejor cuáles son los designios de Dios respecto a nuestras vidas y por qué la oración es un arma de vencedores. Y el que vence en ley del espíritu, si bien pide aun lo material y otras cosas como la salud personal, familiar y de amigos, espera siempre la respuesta en la voluntad divina, y acepta la respuesta aunque sus peticiones no se ajusten a los resultados. Sus peticiones ante Dios son como la inocencia del niño, “a quien un padre no le va a poner un cuchillo en sus manos”, y se entrega, como el niño, a los brazos del Padre en el que halla todo alivio. ¿Pero cómo va a ser un ‘cuchillo’ la petición por un ser querido? ¿Acaso es malo pedir esto? –“El pensamiento de Dios no es igual que el de los hombres”. Generalmente las peticiones humanas están encaminadas a satisfacer necesidades físicas; raras veces espirituales. Por la ‘Conciencia Cósmica’ miraremos un poco más arriba atendiendo a la gran meta (la vuelta al Padre). Es más, con la oración podemos caer en el absurdo de asumir las responsabilidades de otros. Cada individuo debe responder a las leyes preestablecidas, y nuestra oración puede convertirse en una interferencia indebida. La Biblia, en sus grandes profetas nos han enseñado a decir:”Aquí estoy”. Y mi oración cotidiana ante el Padre es ésta: ’Aquí estoy’, Padre, Y dispuesto a conducir la nave de mi existencia bajo tus miradas; sin esperar recompensas, pues que en la justicia divina todo está dado en gloria. Mi fe así es entrega y confianza; sin esperar nada a cambio. La llenura es ley infalible.
No se debe pasar por alto esto otro del Cristo:”El que quiera venir en pos de mí, tome su cruz y sígame”. Y tomar la cruz de cada uno no es sino aceptar la voluntad plena del Padre. “Y la voluntad de Dios es buena, grata y perfecta”. Sus verdaderos seguidores han dado y dan testimonio de ello. Y fuese en la alegría o en el dolor, de igual modo bendecían y alababan a su Señor. ‘Estaban curados en salud’. Habían comprendido el significado de ser cristiano y en la ‘aceptación’ percibían cómo el sufrimiento de aquí se les transmutaba no sólo en gloria del más allá, sino que recibían el don de fortaleza y el dolor perdía su trágico matiz de agobio, al tiempo que sus espíritus irradiaban en gozo. Su Maestro les había enseñado que “las cosas de este mundo no sirven para nada; las espirituales son las que dan vida eterna”. Y llenaban su espíritu. Y las cosas de aquí abajo les estaban sometidas.
Tal vez olvidamos o desconocemos que la meta del hombre no está en esta dimensión, sino en la dimensión-luz, en un más allá del devenir de nuestro ser. De manera que estar aquí es mero tránsito. Y la estadía en la dimensión sensible puede ser tan precaria como que apenas se produce nuestro engendro podemos morir. Permanecer aquí por x tiempo no nos está dado predeterminarlo. Un cúmulo de leyes naturales condicionan nuestra vida. Y el que haya sido engendrado está sometido a ellas . ¿Mas qué hay detrás de estas leyes de causa y efecto? ¿El misterio? Detrás de lo sensible (del anverso) se halla el reverso, la otra cara de la moneda de nuestro propio ser, que a su vez está enmarcado, como el minutero del reloj, en la esfera de las coexistencias emanadas del PODER EN SÍ, que llamamos Dios. Por ende el dicho de Pablo Apóstol:”Vivimos, nos movemos y existimos en Dios”.
Venir a esta vida o no venir a ella obedece a múltiples causas. Una, lo ignoto y que atribuimos a la voluntad divina. Otras de carácter natural de los elementos que intervienen en la reproducción. Pero una vez que se produce el engendro todo puede suceder dentro o fuera del útero materno. Si dentro de éste, causas internas o externas que con los adelantos científicos y tecnológicos se pueden detectar. Si fuera del vientre materno, un sin fin de causas ( enfermedades, accidentes, suicidios, homicidios…).
Bien cantaba el poeta:
”Recuerde el alma dormida,
Avive el seso y despierte
Contemplando
Cómo se pasa la vida,
Cómo se viene la muerte
Tan callando….. (J. Manrique).
Y San Juan de La Cruz y Santa Teresa de Jesús cantaron lo mismo: “muero, porque no muero”. Avivaron el seso y despertaron a la vida. Y lucharon en lucidez de cabeza propia frente a las adversidades y al dolor. A cada latigazo que les daba la vida, se avivaban y despertaban más sus almas y siempre alabando, sin dudar de su oración ni de su fe. Veían que la ‘muerte les venía tan callando’. Y la muerte, y el dolor, para ellos era la puerta de entrada a la patria celestial. Tenían por evidencia: “Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir…”. Y en vez de agostar sus aguas con quejidos y quebrantos, las acrecentaban en caudalosos torrentes de amor y de fecunda acción se- gún el mandato divino. Y por eso su ‘morir era vivir’. Mientras que para muchos cristianos es al revés: su ‘vivir es morir, dolor y sufrimiento sin remisión’; con un soplo de adversidad se dejan arrastrar como ante un devastador huracán. Pero…, en la viña del Señor no caben peros. Hay que embriagarse con el vino de esas uvas imperecederas. Y el vino de esa viña es de pleno conocimiento y convicción de qué hacemos aquí, de dónde venimos y a dónde vamos, partiendo de lo que somos: energías superiores con forma de humanos, átomos y moléculas de la vida misma, que es Dios.
Alguien, leyendo estas páginas en borrador, me dijo:”¡Ay, si yo hubiera sabido de estas cosas cuando estaba perdiendo a mis seres queridos! Pero el peor ¡ay! es, pienso, el de los que ya vamos sabiendo, pero nos comportamos como cualquier ignorante. ¡Peor será nuestra tristeza y abatimiento!”.
…Y aunque la vida sea más amarga para unos que para otros, El que nos da el ser y todo lo sustenta, es justo y misericordioso. Y la vida no termina aquí. La vida… Somos vida en lo eterno. Y esta vida no es sino un hito en el devenir de nuestro ser. ‘Somos en Dios. Vivimos en Dios y nos movemos en Dios’, repitiendo lo del Apóstol. Venimos de Dios y a Dios vamos. Y si estamos aquí es como expresión de la voluntad divina. Y “la voluntad de Dios es buena, grata y perfecta”. Eleva tu mente y sobrarán mis palabras. Mientras tanto, yo ante lo bueno o lo malo, en ejemplo de Cristo, sigo orando al Padre. “Y cuando ores, entra en tu cámara secreta. Antes de que hables ya el Padre te ha escuchado”. “Y no se cae ni un cabello de tu cabeza sin la voluntad del Padre”. Nuestros días, pues, están contados. “Del Padre vengo y al Padre voy”. Y en el Padre espero abrazarme con mis lectores.

EN CABEZA AJENA Y EN CABEZA PROPIA




EN CABEZA AJENA Y EN CABEZA PROPIA
En cabeza ajena es muy fácil decir: reza; la oración es potentísima; ten fe; confía en Dios… Lo cual es lo mismo que cuando alguien tiene buena salud y no conoce de lo que es estar enfermo y a modo de una persona inconsciente recomienda o la oración, o la distracción o prácticas esotéricas de poca monta. Y es que el aguijón del dolor no ha herido los propios sentimientos. Las aguas de nuestro ser están claras y serenas. Cosa distinta suele acontecer cuando el dolor, la incomprensión, la adversidad o una particular y desagradable situación nos visita. Sobre todo si, como dice el adagio, ‘no estamos curados en salud’, no estamos preparados para enfrentar: bien lo que se veía venir o bien lo imprevisto.
Las palabras de Cristo, el Hijo de Dios, nos invitan a superar el dolor, a sublimar el sentimiento herido o contrariado. Si bien dicen “orad”, “pedid”, también conllevan a que imitemos el ejemplo que El nos dio:”Padre, si es posible, aleja de mí este cáliz. Mas no se haga mi voluntad , sino la tuya”. Y aquí radica el ‘quid’ de ser cristiano de ver-dad, o, al contrario, serlo de conveniencia, facilismo, ignorancia o fanatismo. El cristiano de verdad se despega de la alegría y del sufrimiento, y acepta la realidad con pies en tierra y con la mente en lo trascendental y , si el caso lo requiere, con el corazón en la humanidad (con el desprendimiento de sí mismo, en caridad a su prójimo). Casos hay de madres que al concebir y dar a luz a su criatura la ofrecen a Dios, y desde ese mismo momento parecieran encarnar los versos de Kahil Gibran:
“Tus hijos, no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida, deseosa de sí misma. No vienen de ti, sino a través de ti y, aunque estén contigo, no te pertenecen”.
Madres que, al hacer esta consagración, se han liberado de las amarras del dolor y han desviado el curso del sufrimiento por la pérdida de un hijo y han atraído en su transitar de madres el don de fortaleza y el de la santa resignación o consuelo de gloria de parte de Dios. Y madres así las hay todavía. Y hombres de verdadera fe en Dios también los hay. ¡Pobre hombre o mujer que ponga su esperanza en las cosas de esta vida!
Decían a Jesús los apegados a este mundo:“Duras son tus palabras, Maestro”. Muy duras quizás. “Cristo hablaba en parábolas, pero a sus discípulos les explicaba”. Y ellos aprendían del valor de la oración. Y quien se aprecie de ser cristiano (discípulo de Cristo) debe asimilar el contexto de todo su mensaje; no palabras sueltas y de conveniencia personal o de un entretenimiento cuando las cosas de la vida salen bien. ¿Y cuando salen mal? Ah, si salen mal: “¿Por qué Dios permite esto? Tanto rezar, para nada”. Y lo que era una fe deslumbrante en la cumbre de ‘doña felicidad’ se convierte en tinieblas y en tormentas de desconcierto cuando llega una hora no deseada. Rayos y truenos ofuscan y amedrentan el alma y la hacen sucumbir a oscuros abismos de lamentaciones y desesperación. Y es que en cabeza ajena todo es muy bonito, y es hasta placentero enseñar a otros a orar. Mas cuando llega la hora… Hay, pues, que estar preparados para lo agradable y para lo desagradable. Hay necesidad de elevar nuestro nivel de conciencia (a ‘Conciencia Cósmica’, que nos sitúa con equilibrio entre los pares de opuestos (bien-mal)) y entonces comprenderemos mejor cuáles son los designios de Dios respecto a nuestras vidas y por qué la oración es un arma de vencedores. Y el que vence en ley del espíritu, si bien pide aun lo material y otras cosas como la salud personal, familiar y de amigos, espera siempre la respuesta en la voluntad divina, y acepta la respuesta aunque sus peticiones no se ajusten a los resultados. Sus peticiones ante Dios son como la inocencia del niño, “a quien un padre no le va a poner un cuchillo en sus manos”, y se entrega, como el niño, a los brazos del Padre en el que halla todo alivio. ¿Pero cómo va a ser un ‘cuchillo’ la petición por un ser querido? ¿Acaso es malo pedir esto? –“El pensamiento de Dios no es igual que el de los hombres”. Generalmente las peticiones humanas están encaminadas a satisfacer necesidades físicas; raras veces espirituales. Por la ‘Conciencia Cósmica’ miraremos un poco más arriba atendiendo a la gran meta (la vuelta al Padre). Es más, con la oración podemos caer en el absurdo de asumir las responsabilidades de otros. Cada individuo debe responder a las leyes preestablecidas, y nuestra oración puede convertirse en una interferencia indebida. La Biblia, en sus grandes profetas nos han enseñado a decir:”Aquí estoy”. Y mi oración cotidiana ante el Padre es ésta: ’Aquí estoy’, Padre, Y dispuesto a conducir la nave de mi existencia bajo tus miradas; sin esperar recompensas, pues que en la justicia divina todo está dado en gloria. Mi fe así es entrega y confianza; sin esperar nada a cambio. La llenura es ley infalible.
No se debe pasar por alto esto otro del Cristo:”El que quiera venir en pos de mí, tome su cruz y sígame”. Y tomar la cruz de cada uno no es sino aceptar la voluntad plena del Padre. “Y la voluntad de Dios es buena, grata y perfecta”. Sus verdaderos seguidores han dado y dan testimonio de ello. Y fuese en la alegría o en el dolor, de igual modo bendecían y alababan a su Señor. ‘Estaban curados en salud’. Habían comprendido el significado de ser cristiano y en la ‘aceptación’ percibían cómo el sufrimiento de aquí se les transmutaba no sólo en gloria del más allá, sino que recibían el don de fortaleza y el dolor perdía su trágico matiz de agobio, al tiempo que sus espíritus irradiaban en gozo. Su Maestro les había enseñado que “las cosas de este mundo no sirven para nada; las espirituales son las que dan vida eterna”. Y llenaban su espíritu. Y las cosas de aquí abajo les estaban sometidas.
Tal vez olvidamos o desconocemos que la meta del hombre no está en esta dimensión, sino en la dimensión-luz, en un más allá del devenir de nuestro ser. De manera que estar aquí es mero tránsito. Y la estadía en la dimensión sensible puede ser tan precaria como que apenas se produce nuestro engendro podemos morir. Permanecer aquí por x tiempo no nos está dado predeterminarlo. Un cúmulo de leyes naturales condicionan nuestra vida. Y el que haya sido engendrado está sometido a ellas . ¿Mas qué hay detrás de estas leyes de causa y efecto? ¿El misterio? Detrás de lo sensible (del anverso) se halla el reverso, la otra cara de la moneda de nuestro propio ser, que a su vez está enmarcado, como el minutero del reloj, en la esfera de las coexistencias emanadas del PODER EN SÍ, que llamamos Dios. Por ende el dicho de Pablo Apóstol:”Vivimos, nos movemos y existimos en Dios”.
Venir a esta vida o no venir a ella obedece a múltiples causas. Una, lo ignoto y que atribuimos a la voluntad divina. Otras de carácter natural de los elementos que intervienen en la reproducción. Pero una vez que se produce el engendro todo puede suceder dentro o fuera del útero materno. Si dentro de éste, causas internas o externas que con los adelantos científicos y tecnológicos se pueden detectar. Si fuera del vientre materno, un sin fin de causas ( enfermedades, accidentes, suicidios, homicidios…).
Bien cantaba el poeta:
”Recuerde el alma dormida,
Avive el seso y despierte
Contemplando
Cómo se pasa la vida,
Cómo se viene la muerte
Tan callando….. (J. Manrique).
Y San Juan de La Cruz y Santa Teresa de Jesús cantaron lo mismo: “muero, porque no muero”. Avivaron el seso y despertaron a la vida. Y lucharon en lucidez de cabeza propia frente a las adversidades y al dolor. A cada latigazo que les daba la vida, se avivaban y despertaban más sus almas y siempre alabando, sin dudar de su oración ni de su fe. Veían que la ‘muerte les venía tan callando’. Y la muerte, y el dolor, para ellos era la puerta de entrada a la patria celestial. Tenían por evidencia: “Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir…”. Y en vez de agostar sus aguas con quejidos y quebrantos, las acrecentaban en caudalosos torrentes de amor y de fecunda acción se- gún el mandato divino. Y por eso su ‘morir era vivir’. Mientras que para muchos cristianos es al revés: su ‘vivir es morir, dolor y sufrimiento sin remisión’; con un soplo de adversidad se dejan arrastrar como ante un devastador huracán. Pero…, en la viña del Señor no caben peros. Hay que embriagarse con el vino de esas uvas imperecederas. Y el vino de esa viña es de pleno conocimiento y convicción de qué hacemos aquí, de dónde venimos y a dónde vamos, partiendo de lo que somos: energías superiores con forma de humanos, átomos y moléculas de la vida misma, que es Dios.
Alguien, leyendo estas páginas en borrador, me dijo:”¡Ay, si yo hubiera sabido de estas cosas cuando estaba perdiendo a mis seres queridos! Pero el peor ¡ay! es, pienso, el de los que ya vamos sabiendo, pero nos comportamos como cualquier ignorante. ¡Peor será nuestra tristeza y abatimiento!”.
…Y aunque la vida sea más amarga para unos que para otros, El que nos da el ser y todo lo sustenta, es justo y misericordioso. Y la vida no termina aquí. La vida… Somos vida en lo eterno. Y esta vida no es sino un hito en el devenir de nuestro ser. ‘Somos en Dios. Vivimos en Dios y nos movemos en Dios’, repitiendo lo del Apóstol. Venimos de Dios y a Dios vamos. Y si estamos aquí es como expresión de la voluntad divina. Y “la voluntad de Dios es buena, grata y perfecta”. Eleva tu mente y sobrarán mis palabras. Mientras tanto, yo ante lo bueno o lo malo, en ejemplo de Cristo, sigo orando al Padre. “Y cuando ores, entra en tu cámara secreta. Antes de que hables ya el Padre te ha escuchado”. “Y no se cae ni un cabello de tu cabeza sin la voluntad del Padre”. Nuestros días, pues, están contados. “Del Padre vengo y al Padre voy”. Y en el Padre espero abrazarme con mis lectores.
TÚ VALES Y MERECESS MUCHO MÁS
¡PIES EN TIERRA!
¡LIBERTAD, JUSTICIA Y AMOR!
Manuel, Profeta de ‘Clave 9’.

viernes, 19 de octubre de 2007

ESTADO PREVIO - UN NUEVO SOL


ESTADO PREVIO – UN NUEVO SOL

El Mensaje ‘Clave 9’ nos pide “pies en tierra”, y de todo su contexto se infiere además que ello sea con la mente en lo trascendental y el corazón en la humanidad. En una conjugación del ser humano en su totalidad: no sólo como ente físico, sino también como ser espiritual. Por supuesto que procurando el antiguo principio de “mente sana en cuerpo sano”. Y la mente no es el todo humano. La mente es el tablero de comando de nuestra nave física para atravesar de la mejor manera esta dimensión sensible. Si mente y físico están equilibrados, el piloto, la esencia humana, el espíritu, haciendo buen uso de su libre albedrío, podrá enrumbar la nave toda por sendas de realización positiva en esta vida y con garantías de lograr la meta final de nuestro ser: volver a la casa del Padre por motu propio, libre y con destellos de gloria; fin para el cual hemos sido creados los humanos. En tal sentido, “dando al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios”, es que el ‘ESTADO PREVIO’ debe conducir los destinos del hombre. Todavía quizás estemos muy lejos de ese día de confluencias, aunque confío más en un imprevisto de carácter social o natural para que salga ese nuevo sol. Por ahora nada más que ver las noticias internacionales para hacernos una idea de cuán loco y convulsionado está este mundo. Se justificaría más la barbarie del hombre primitivo que las calamidades, pestes y mortandades (y cada cual añada lo que ve y vive a diario, con sus respectivas denominaciones) que ha generado el hombre de este llamado siglo XXI, plasmado de universidades, de centros educativos, de tanta, dícese: cultura y civilización. Bajo el punto de vista de ‘Clave 9’ a nadie culpo; a nadie exonero. A todos, sin embargo invito a la toma de un nuevo tipo de conciencia, ‘Conciencia Cósmica’. Ya las conciencias del pasado que nos han arrastrado hasta el día de hoy han cumplido su función como eslabones de la cadena evolutiva de los pueblos. Si bien no todo ha sido tan negativo como para matarnos la esperanza de mundo mejor, sí se ha despertado en el devenir de nuestro ser una nueva conciencia, la ‘Conciencia Cósmica’, que ha de cumplir en la escala evolutiva individual y social una función más elevada que las conciencias anteriores. Compárense, simplemente y a grandes rasgos, las diferentes conciencias de lo pasado, incrustadas en parte hasta lo presente (hombre de las cavernas, hombres de la antigüedad , hombre del medioevo, hombre moderno, hombre actual). Sin duda que hallaremos diferencias específicas. Pero lo significativo para nosotros del siglo XXI debe ser que aún esas conciencias, sobre todo la de barbarie, se impone como sistema. En unos pueblos disfrazada de monarquía; en otros, de democracia; En otros, de absolutismo. El denominador común es el mismo: las élites de arriba subyugando a los más humildes o menos favorecidos. Y lo más grave, si comparamos, es que los hombres primitivos no tenían estructurada un filosofía de Estado como poco a poco se han venido ideando e instituyendo como sistemas de gobierno. Mas aunque las intenciones de unos y de otros obedezcan a la conciencia del momento histórico, no por ello debemos paralizar la máquina del tiempo; mucho menos la de nuestro ser. Estamos en otra época. Como seres en evolución no nos está permitido anclarnos a un pasado por muy bueno que aparente ser. El devenir es nuestro. En nuestro ser hay gradación de lo menos a los más, hasta “Sed perfectos como el Padre celestial es perfecto” y “Renovaos en vuestra mente, para que comprendáis cuán buena grata y perfecta es la voluntad de Dios”. Esto es, para salir de este estadio de guerras, drogadicción, perversiones a granel, individualismos aberrantes…, cuales callejón sin salida, se hace necesario recurrir a otra esfera de nuestro ser, de nuestro pensamiento y de nuestro sentimiento representada en la ‘Conciencia Cósmica’, que es conciencia de unidad, de universalidad y de trascendencia, y que nos corresponde ahora asumir, repito, en la escala de nuestro ser. Cosa compleja para su formación, hasta el punto de que Faber Kaiser lo dijera con estas palabras:”La toma de la conciencia cósmica del hombre es un proceso lento y dificultoso”. La experiencia de 28 años trabajando sobre este aspecto, así me lo demuestra. Y si yo tuviera que añadir algo a lo de Faber Kaiser, diría: ’Quizás muy lento y muy difícil todavía ante los desbordados intereses individualistas y grupales, y materialismo, del hombre del siglo XXI. Hombre que, en desafío de sus pretensiones egoístas, continúa matando a su hermano y ofendiendo al Creador, e hiere a la madre naturaleza. Mas el hombre se olvida de que las leyes de ésta son inexorables en su cumplimiento. Y si las sigue desafiando, pueda ser, y ya se aprecian atisbos ambientales, que más temprano que tarde esas leyes se descarguen sobre nuestro Planeta y consecuentemente no escaparíamos a los efectos devastadores de la hecatombe, que puede estar unida a otra no menos flagrante propiciada por el mismo hombre. Por este hombre que, olvidándose de su esencia espiritual y de su verdadero destino, y afincado en su prepotencia y poderío, está propiciando como una nueva caída semejante a la expulsión que ya tuvo del paraíso en sus albores como humano. Sería como repetir tan lamentable “cuento”. Lo triste es que un cuento sobre otro cuento son dos cuentos. ¡Y qué cuentos! Como para nunca jamás levantar cabeza. Y si se considera cuento ‘la caída del hombre’ registrada en todos los pueblos del mundo, para nosotros en la Biblia, yo no quisiera ser un personaje de ese lamentable cuento que ya estamos prestos a protagonizar (o hecatombe de naturaleza o guerra infernal).
Ya es hora de despertar en un nueva toma de conciencia, ‘Conciencia Cósmica’. De Arriba nos ponen en alerta. El Mensaje ‘Clave 9’ es uno de esos alertas. Hay que empezar a elevar las mentes y ennoblecer nuestros corazones. No más impiedad de los de arriba sobre los de abajo. Y la impiedad es producto del bienestar de unos pocos constituidos en imperio, con sus capataces y su soldadesca, lacayos al fin de la maldad institucionalizada. La ambición embota sus sentimientos, ofusca su razón y aviva las fuerzas de la represión sobre los más débiles e indefensos. Se olvidan no sólo de que los demás son seres humanos con los mismos derechos que ellos en cuanto especie. Y creen taparse el rostro con el disfraz de la mentira para que la muerte no los agarre en la mentira. Mas la muerte, como lo inevitable e inexorable los acecha con certera guadaña. Y algo peor: El juicio divino. Y en el banquillo de este juicio nadie podrá excusarse. Allí no vale ‘el yo no fui’. Allá no entra espíritu impuro. Allá hay que purgar, hay que pagar hasta “el último ochavo”. Y repito mi concepto de otras veces: Así como en el mundo de los normales en esta vida es altamente visible, y sufre, el que traiga taras genéticas o malformaciones física o psíquicas, de igual modo allá estará en evidencia su impureza. Y las penas de allá no se pueden comparar a las de acá. Las de acá son temporales. Las de allá son más dolorosas, y eternas, en comparación a las de acá. Y acá todos por igual tenemos una mente y una conciencia que nos acusa de lo que es bueno y de lo que es malo; de lo que nos conviene y lo que nos perjudica. ¿Por qué los malhechores, cuando se ve perseguidos por una fuerza superior a la de ellos, huyen? Mientras todo les va bien y bonito, como si no pasara nada a su alrededor. Pero cuando la espina punza su sensibilidad humana, la situación cambia.
El ahora puede convertirse en un después mejor o peor. No cabe la indiferencia, pues que ésta ya de por sí es negativa. Y los semejantes, positivos o negativos se atraen entre sé, y los tenemos delante de los ojos. Así que “el que tenga ojos que vea”. Los ya conscientes de esto no deben dar paso atrás. Yo me incluyo. Tenemos que dar pasos adelante. Y “no callar verdad, ni decir mentira”. “La verdad os hará libres”. Y en la Biblia, por ejemplo, hay uno de esos abecedarios para aprender el lenguaje de la ‘verdad’, de eso que Pilatos cuestionó desde las alturas del poder terreno, pero que el Cristo le replicó:”No tendrías poder, si no te hubiese sido dado de arriba”. Y arriba’, para unos pueda ser Dios; para otros, el pueblo. Pero ese arriba existe. Y el ‘arriba’ es el que da el poder. Y el gobernante debe ser consecuente con el poder que se le ha depositado. Si es Dios el que otorga el poder, éste debe ejercerse para bien de todos los hijos de Dios (el hombre). Si es el pueblo, para obtener beneficios cónsonos a su dignidad. Así lo dice la razón más elemental. De manera que gobernantes y gobernados han de ir buscando fórmulas de avenimiento para un mundo mejor. Todos estamos obligados de igual modo a ello, para eliminar abismos, para que no haya opresores y oprimidos, para que no haya ricos y pobres, para que el que venga a este mundo sea recibido por los iguales de su especie y pueda desarrollarse como ser humano. Al respecto ‘Clave 9’, en manifestación del Plan Superior, pues que no estamos solos, y nos vigilan seres muy superiores a nosotros, nos brinda el Mensaje de Libertad, de Justicia y de Amor en un ‘EN – PARA’. O sea: En Libertad, para la Libertad; en Justicia, para la Justicia; y en Amor , para el Amor. Un trípode (Libertad, Justicia y Amor) que, al ejercitarnos en él, nos deviene en una nueva conciencia: ’Conciencia Cósmica’. Y esta conciencia será el nuevo sol que alumbrará a la humanidad en un mundo realmente mejor, pues que en la ‘Conciencia Cósmica’ desaparecen los contrarios, no como simples opuestos, sino como enemigos. Los opuestos, como lo somos unos respecto al otro, no son malos los. Esto es, el hecho de que seamos diferentes no quiere decir que seamos enemigos, pues que por las diferencias se puede llegar mediante la razón, la libertad y la voluntad a las coincidencias. Por supuesto que en nuestro ser hay capacidad para ello. Y lo primero es ir tomando esa ‘Conciencia Cósmica’ e irla llevando a planos de acción positiva. Todo a favor de todos y nada en contra de nadie. Lo segundo sería idear, planificar, instrumentar y realizar el cómo vamos a construir ese mundo mejor. Mundo mejor que debe ser el reflejo de un ‘ideal de vida’. Un ideal de Libertad, de Justicia y de Amor. De que tenemos esa capacidad, la tenemos. Y de que si no acometemos esta empresa tan necesaria para la humanidad entera, hasta lamentaciones serán estériles. Alguien desde la esfera del poder irá abriendo horizontes; otros lo imitarán y asimilarán. Y el sistema educativo de por medio como un instrumento indispensable. Por ende que el Estado debe ser fuerte; no para reprimir, sino para mantener la armonía social. Y un Estado es fuerte cuando se instituye no por la fuerza (violencia), ni por la mentira, sino con el consentimiento deliberado y participativo de todos y cada uno de los ciudadanos. En este ‘ESTADO PREVIO’ , previo a la ‘NUEVA GENERACIÓN’ QUE ANUNCIA EL Mensaje ‘Clave 9’, el hombre aprenderá a reconciliarse con su semejante y con su Creador. Y escrito está:”Todos me conocerán…”. El concepto de hombre no tiene por qué estar reñido con el de Creador, Dios. Y por la ‘Conciencia Cósmica’ se logra perfectamente esta idea de grandeza y de verdadera salvación. Y no es que vamos a ser ángeles, sino humanos más libres, más justos y más amorosos. Y lo de Arriba derramará sus bendiciones sobre lo de abajo. Y habrá ‘Dios y hombre; hombre y Dios’.
TÚ VALES Y MERECES MUCHO MAS
¡PIES EN TIERRA!
¡LIBERTAD, JUSTICIA Y AMOR!
Manuel, Profeta de ‘Clave 9’.

ESTADO PREVIO - UN NUEVO SOL


ESTADO PREVIO – UN NUEVO SOL

El Mensaje ‘Clave 9’ nos pide “pies en tierra”, y de todo su contexto se infiere además que ello sea con la mente en lo trascendental y el corazón en la humanidad. En una conjugación del ser humano en su totalidad: no sólo como ente físico, sino también como ser espiritual. Por supuesto que procurando el antiguo principio de “mente sana en cuerpo sano”. Y la mente no es el todo humano. La mente es el tablero de comando de nuestra nave física para atravesar de la mejor manera esta dimensión sensible. Si mente y físico están equilibrados, el piloto, la esencia humana, el espíritu, haciendo buen uso de su libre albedrío, podrá enrumbar la nave toda por sendas de realización positiva en esta vida y con garantías de lograr la meta final de nuestro ser: volver a la casa del Padre por motu propio, libre y con destellos de gloria; fin para el cual hemos sido creados los humanos. En tal sentido, “dando al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios”, es que el ‘ESTADO PREVIO’ debe conducir los destinos del hombre. Todavía quizás estemos muy lejos de ese día de confluencias, aunque confío más en un imprevisto de carácter social o natural para que salga ese nuevo sol. Por ahora nada más que ver las noticias internacionales para hacernos una idea de cuán loco y convulsionado está este mundo. Se justificaría más la barbarie del hombre primitivo que las calamidades, pestes y mortandades (y cada cual añada lo que ve y vive a diario, con sus respectivas denominaciones) que ha generado el hombre de este llamado siglo XXI, plasmado de universidades, de centros educativos, de tanta, dícese: cultura y civilización. Bajo el punto de vista de ‘Clave 9’ a nadie culpo; a nadie exonero. A todos, sin embargo invito a la toma de un nuevo tipo de conciencia, ‘Conciencia Cósmica’. Ya las conciencias del pasado que nos han arrastrado hasta el día de hoy han cumplido su función como eslabones de la cadena evolutiva de los pueblos. Si bien no todo ha sido tan negativo como para matarnos la esperanza de mundo mejor, sí se ha despertado en el devenir de nuestro ser una nueva conciencia, la ‘Conciencia Cósmica’, que ha de cumplir en la escala evolutiva individual y social una función más elevada que las conciencias anteriores. Compárense, simplemente y a grandes rasgos, las diferentes conciencias de lo pasado, incrustadas en parte hasta lo presente (hombre de las cavernas, hombres de la antigüedad , hombre del medioevo, hombre moderno, hombre actual). Sin duda que hallaremos diferencias específicas. Pero lo significativo para nosotros del siglo XXI debe ser que aún esas conciencias, sobre todo la de barbarie, se impone como sistema. En unos pueblos disfrazada de monarquía; en otros, de democracia; En otros, de absolutismo. El denominador común es el mismo: las élites de arriba subyugando a los más humildes o menos favorecidos. Y lo más grave, si comparamos, es que los hombres primitivos no tenían estructurada un filosofía de Estado como poco a poco se han venido ideando e instituyendo como sistemas de gobierno. Mas aunque las intenciones de unos y de otros obedezcan a la conciencia del momento histórico, no por ello debemos paralizar la máquina del tiempo; mucho menos la de nuestro ser. Estamos en otra época. Como seres en evolución no nos está permitido anclarnos a un pasado por muy bueno que aparente ser. El devenir es nuestro. En nuestro ser hay gradación de lo menos a los más, hasta “Sed perfectos como el Padre celestial es perfecto” y “Renovaos en vuestra mente, para que comprendáis cuán buena grata y perfecta es la voluntad de Dios”. Esto es, para salir de este estadio de guerras, drogadicción, perversiones a granel, individualismos aberrantes…, cuales callejón sin salida, se hace necesario recurrir a otra esfera de nuestro ser, de nuestro pensamiento y de nuestro sentimiento representada en la ‘Conciencia Cósmica’, que es conciencia de unidad, de universalidad y de trascendencia, y que nos corresponde ahora asumir, repito, en la escala de nuestro ser. Cosa compleja para su formación, hasta el punto de que Faber Kaiser lo dijera con estas palabras:”La toma de la conciencia cósmica del hombre es un proceso lento y dificultoso”. La experiencia de 28 años trabajando sobre este aspecto, así me lo demuestra. Y si yo tuviera que añadir algo a lo de Faber Kaiser, diría: ’Quizás muy lento y muy difícil todavía ante los desbordados intereses individualistas y grupales, y materialismo, del hombre del siglo XXI. Hombre que, en desafío de sus pretensiones egoístas, continúa matando a su hermano y ofendiendo al Creador, e hiere a la madre naturaleza. Mas el hombre se olvida de que las leyes de ésta son inexorables en su cumplimiento. Y si las sigue desafiando, pueda ser, y ya se aprecian atisbos ambientales, que más temprano que tarde esas leyes se descarguen sobre nuestro Planeta y consecuentemente no escaparíamos a los efectos devastadores de la hecatombe, que puede estar unida a otra no menos flagrante propiciada por el mismo hombre. Por este hombre que, olvidándose de su esencia espiritual y de su verdadero destino, y afincado en su prepotencia y poderío, está propiciando como una nueva caída semejante a la expulsión que ya tuvo del paraíso en sus albores como humano. Sería como repetir tan lamentable “cuento”. Lo triste es que un cuento sobre otro cuento son dos cuentos. ¡Y qué cuentos! Como para nunca jamás levantar cabeza. Y si se considera cuento ‘la caída del hombre’ registrada en todos los pueblos del mundo, para nosotros en la Biblia, yo no quisiera ser un personaje de ese lamentable cuento que ya estamos prestos a protagonizar (o hecatombe de naturaleza o guerra infernal).
Ya es hora de despertar en un nueva toma de conciencia, ‘Conciencia Cósmica’. De Arriba nos ponen en alerta. El Mensaje ‘Clave 9’ es uno de esos alertas. Hay que empezar a elevar las mentes y ennoblecer nuestros corazones. No más impiedad de los de arriba sobre los de abajo. Y la impiedad es producto del bienestar de unos pocos constituidos en imperio, con sus capataces y su soldadesca, lacayos al fin de la maldad institucionalizada. La ambición embota sus sentimientos, ofusca su razón y aviva las fuerzas de la represión sobre los más débiles e indefensos. Se olvidan no sólo de que los demás son seres humanos con los mismos derechos que ellos en cuanto especie. Y creen taparse el rostro con el disfraz de la mentira para que la muerte no los agarre en la mentira. Mas la muerte, como lo inevitable e inexorable los acecha con certera guadaña. Y algo peor: El juicio divino. Y en el banquillo de este juicio nadie podrá excusarse. Allí no vale ‘el yo no fui’. Allá no entra espíritu impuro. Allá hay que purgar, hay que pagar hasta “el último ochavo”. Y repito mi concepto de otras veces: Así como en el mundo de los normales en esta vida es altamente visible, y sufre, el que traiga taras genéticas o malformaciones física o psíquicas, de igual modo allá estará en evidencia su impureza. Y las penas de allá no se pueden comparar a las de acá. Las de acá son temporales. Las de allá son más dolorosas, y eternas, en comparación a las de acá. Y acá todos por igual tenemos una mente y una conciencia que nos acusa de lo que es bueno y de lo que es malo; de lo que nos conviene y lo que nos perjudica. ¿Por qué los malhechores, cuando se ve perseguidos por una fuerza superior a la de ellos, huyen? Mientras todo les va bien y bonito, como si no pasara nada a su alrededor. Pero cuando la espina punza su sensibilidad humana, la situación cambia.
El ahora puede convertirse en un después mejor o peor. No cabe la indiferencia, pues que ésta ya de por sí es negativa. Y los semejantes, positivos o negativos se atraen entre sé, y los tenemos delante de los ojos. Así que “el que tenga ojos que vea”. Los ya conscientes de esto no deben dar paso atrás. Yo me incluyo. Tenemos que dar pasos adelante. Y “no callar verdad, ni decir mentira”. “La verdad os hará libres”. Y en la Biblia, por ejemplo, hay uno de esos abecedarios para aprender el lenguaje de la ‘verdad’, de eso que Pilatos cuestionó desde las alturas del poder terreno, pero que el Cristo le replicó:”No tendrías poder, si no te hubiese sido dado de arriba”. Y arriba’, para unos pueda ser Dios; para otros, el pueblo. Pero ese arriba existe. Y el ‘arriba’ es el que da el poder. Y el gobernante debe ser consecuente con el poder que se le ha depositado. Si es Dios el que otorga el poder, éste debe ejercerse para bien de todos los hijos de Dios (el hombre). Si es el pueblo, para obtener beneficios cónsonos a su dignidad. Así lo dice la razón más elemental. De manera que gobernantes y gobernados han de ir buscando fórmulas de avenimiento para un mundo mejor. Todos estamos obligados de igual modo a ello, para eliminar abismos, para que no haya opresores y oprimidos, para que no haya ricos y pobres, para que el que venga a este mundo sea recibido por los iguales de su especie y pueda desarrollarse como ser humano. Al respecto ‘Clave 9’, en manifestación del Plan Superior, pues que no estamos solos, y nos vigilan seres muy superiores a nosotros, nos brinda el Mensaje de Libertad, de Justicia y de Amor en un ‘EN – PARA’. O sea: En Libertad, para la Libertad; en Justicia, para la Justicia; y en Amor , para el Amor. Un trípode (Libertad, Justicia y Amor) que, al ejercitarnos en él, nos deviene en una nueva conciencia: ’Conciencia Cósmica’. Y esta conciencia será el nuevo sol que alumbrará a la humanidad en un mundo realmente mejor, pues que en la ‘Conciencia Cósmica’ desaparecen los contrarios, no como simples opuestos, sino como enemigos. Los opuestos, como lo somos unos respecto al otro, no son malos los. Esto es, el hecho de que seamos diferentes no quiere decir que seamos enemigos, pues que por las diferencias se puede llegar mediante la razón, la libertad y la voluntad a las coincidencias. Por supuesto que en nuestro ser hay capacidad para ello. Y lo primero es ir tomando esa ‘Conciencia Cósmica’ e irla llevando a planos de acción positiva. Todo a favor de todos y nada en contra de nadie. Lo segundo sería idear, planificar, instrumentar y realizar el cómo vamos a construir ese mundo mejor. Mundo mejor que debe ser el reflejo de un ‘ideal de vida’. Un ideal de Libertad, de Justicia y de Amor. De que tenemos esa capacidad, la tenemos. Y de que si no acometemos esta empresa tan necesaria para la humanidad entera, hasta lamentaciones serán estériles. Alguien desde la esfera del poder irá abriendo horizontes; otros lo imitarán y asimilarán. Y el sistema educativo de por medio como un instrumento indispensable. Por ende que el Estado debe ser fuerte; no para reprimir, sino para mantener la armonía social. Y un Estado es fuerte cuando se instituye no por la fuerza (violencia), ni por la mentira, sino con el consentimiento deliberado y participativo de todos y cada uno de los ciudadanos. En este ‘ESTADO PREVIO’ , previo a la ‘NUEVA GENERACIÓN’ QUE ANUNCIA EL Mensaje ‘Clave 9’, el hombre aprenderá a reconciliarse con su semejante y con su Creador. Y escrito está:”Todos me conocerán…”. El concepto de hombre no tiene por qué estar reñido con el de Creador, Dios. Y por la ‘Conciencia Cósmica’ se logra perfectamente esta idea de grandeza y de verdadera salvación. Y no es que vamos a ser ángeles, sino humanos más libres, más justos y más amorosos. Y lo de Arriba derramará sus bendiciones sobre lo de abajo. Y habrá ‘Dios y hombre; hombre y Dios’.
TÚ VALES Y MERECES MUCHO MAS
¡PIES EN TIERRA!
¡LIBERTAD, JUSTICIA Y AMOR!
Manuel, Profeta de ‘Clave 9’.

ESTADO PREVIO – UN NUEVO SOL

El Mensaje ‘Clave 9’ nos pide “pies en tierra”, y de todo su contexto se infiere además que ello sea con la mente en lo trascendental y el corazón en la humanidad. En una conjugación del ser humano en su totalidad: no sólo como ente físico, sino también como ser espiritual. Por supuesto que procurando el antiguo principio de “mente sana en cuerpo sano”. Y la mente no es el todo humano. La mente es el tablero de comando de nuestra nave física para atravesar de la mejor manera esta dimensión sensible. Si mente y físico están equilibrados, el piloto, la esencia humana, el espíritu, haciendo buen uso de su libre albedrío, podrá enrumbar la nave toda por sendas de realización positiva en esta vida y con garantías de lograr la meta final de nuestro ser: volver a la casa del Padre por motu propio, libre y con destellos de gloria; fin para el cual hemos sido creados los humanos. En tal sentido, “dando al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios”, es que el ‘ESTADO PREVIO’ debe conducir los destinos del hombre. Todavía quizás estemos muy lejos de ese día de confluencias, aunque confío más en un imprevisto de carácter social o natural para que salga ese nuevo sol. Por ahora nada más que ver las noticias internacionales para hacernos una idea de cuán loco y convulsionado está este mundo. Se justificaría más la barbarie del hombre primitivo que las calamidades, pestes y mortandades (y cada cual añada lo que ve y vive a diario, con sus respectivas denominaciones) que ha generado el hombre de este llamado siglo XXI, plasmado de universidades, de centros educativos, de tanta, dícese: cultura y civilización. Bajo el punto de vista de ‘Clave 9’ a nadie culpo; a nadie exonero. A todos, sin embargo invito a la toma de un nuevo tipo de conciencia, ‘Conciencia Cósmica’. Ya las conciencias del pasado que nos han arrastrado hasta el día de hoy han cumplido su función como eslabones de la cadena evolutiva de los pueblos. Si bien no todo ha sido tan negativo como para matarnos la esperanza de mundo mejor, sí se ha despertado en el devenir de nuestro ser una nueva conciencia, la ‘Conciencia Cósmica’, que ha de cumplir en la escala evolutiva individual y social una función más elevada que las conciencias anteriores. Compárense, simplemente y a grandes rasgos, las diferentes conciencias de lo pasado, incrustadas en parte hasta lo presente (hombre de las cavernas, hombres de la antigüedad , hombre del medioevo, hombre moderno, hombre actual). Sin duda que hallaremos diferencias específicas. Pero lo significativo para nosotros del siglo XXI debe ser que aún esas conciencias, sobre todo la de barbarie, se impone como sistema. En unos pueblos disfrazada de monarquía; en otros, de democracia; En otros, de absolutismo. El denominador común es el mismo: las élites de arriba subyugando a los más humildes o menos favorecidos. Y lo más grave, si comparamos, es que los hombres primitivos no tenían estructurada un filosofía de Estado como poco a poco se han venido ideando e instituyendo como sistemas de gobierno. Mas aunque las intenciones de unos y de otros obedezcan a la conciencia del momento histórico, no por ello debemos paralizar la máquina del tiempo; mucho menos la de nuestro ser. Estamos en otra época. Como seres en evolución no nos está permitido anclarnos a un pasado por muy bueno que aparente ser. El devenir es nuestro. En nuestro ser hay gradación de lo menos a los más, hasta “Sed perfectos como el Padre celestial es perfecto” y “Renovaos en vuestra mente, para que comprendáis cuán buena grata y perfecta es la voluntad de Dios”. Esto es, para salir de este estadio de guerras, drogadicción, perversiones a granel, individualismos aberrantes…, cuales callejón sin salida, se hace necesario recurrir a otra esfera de nuestro ser, de nuestro pensamiento y de nuestro sentimiento representada en la ‘Conciencia Cósmica’, que es conciencia de unidad, de universalidad y de trascendencia, y que nos corresponde ahora asumir, repito, en la escala de nuestro ser. Cosa compleja para su formación, hasta el punto de que Faber Kaiser lo dijera con estas palabras:”La toma de la conciencia cósmica del hombre es un proceso lento y dificultoso”. La experiencia de 28 años trabajando sobre este aspecto, así me lo demuestra. Y si yo tuviera que añadir algo a lo de Faber Kaiser, diría: ’Quizás muy lento y muy difícil todavía ante los desbordados intereses individualistas y grupales, y materialismo, del hombre del siglo XXI. Hombre que, en desafío de sus pretensiones egoístas, continúa matando a su hermano y ofendiendo al Creador, e hiere a la madre naturaleza. Mas el hombre se olvida de que las leyes de ésta son inexorables en su cumplimiento. Y si las sigue desafiando, pueda ser, y ya se aprecian atisbos ambientales, que más temprano que tarde esas leyes se descarguen sobre nuestro Planeta y consecuentemente no escaparíamos a los efectos devastadores de la hecatombe, que puede estar unida a otra no menos flagrante propiciada por el mismo hombre. Por este hombre que, olvidándose de su esencia espiritual y de su verdadero destino, y afincado en su prepotencia y poderío, está propiciando como una nueva caída semejante a la expulsión que ya tuvo del paraíso en sus albores como humano. Sería como repetir tan lamentable “cuento”. Lo triste es que un cuento sobre otro cuento son dos cuentos. ¡Y qué cuentos! Como para nunca jamás levantar cabeza. Y si se considera cuento ‘la caída del hombre’ registrada en todos los pueblos del mundo, para nosotros en la Biblia, yo no quisiera ser un personaje de ese lamentable cuento que ya estamos prestos a protagonizar (o hecatombe de naturaleza o guerra infernal).
Ya es hora de despertar en un nueva toma de conciencia, ‘Conciencia Cósmica’. De Arriba nos ponen en alerta. El Mensaje ‘Clave 9’ es uno de esos alertas. Hay que empezar a elevar las mentes y ennoblecer nuestros corazones. No más impiedad de los de arriba sobre los de abajo. Y la impiedad es producto del bienestar de unos pocos constituidos en imperio, con sus capataces y su soldadesca, lacayos al fin de la maldad institucionalizada. La ambición embota sus sentimientos, ofusca su razón y aviva las fuerzas de la represión sobre los más débiles e indefensos. Se olvidan no sólo de que los demás son seres humanos con los mismos derechos que ellos en cuanto especie. Y creen taparse el rostro con el disfraz de la mentira para que la muerte no los agarre en la mentira. Mas la muerte, como lo inevitable e inexorable los acecha con certera guadaña. Y algo peor: El juicio divino. Y en el banquillo de este juicio nadie podrá excusarse. Allí no vale ‘el yo no fui’. Allá no entra espíritu impuro. Allá hay que purgar, hay que pagar hasta “el último ochavo”. Y repito mi concepto de otras veces: Así como en el mundo de los normales en esta vida es altamente visible, y sufre, el que traiga taras genéticas o malformaciones física o psíquicas, de igual modo allá estará en evidencia su impureza. Y las penas de allá no se pueden comparar a las de acá. Las de acá son temporales. Las de allá son más dolorosas, y eternas, en comparación a las de acá. Y acá todos por igual tenemos una mente y una conciencia que nos acusa de lo que es bueno y de lo que es malo; de lo que nos conviene y lo que nos perjudica. ¿Por qué los malhechores, cuando se ve perseguidos por una fuerza superior a la de ellos, huyen? Mientras todo les va bien y bonito, como si no pasara nada a su alrededor. Pero cuando la espina punza su sensibilidad humana, la situación cambia.
El ahora puede convertirse en un después mejor o peor. No cabe la indiferencia, pues que ésta ya de por sí es negativa. Y los semejantes, positivos o negativos se atraen entre sé, y los tenemos delante de los ojos. Así que “el que tenga ojos que vea”. Los ya conscientes de esto no deben dar paso atrás. Yo me incluyo. Tenemos que dar pasos adelante. Y “no callar verdad, ni decir mentira”. “La verdad os hará libres”. Y en la Biblia, por ejemplo, hay uno de esos abecedarios para aprender el lenguaje de la ‘verdad’, de eso que Pilatos cuestionó desde las alturas del poder terreno, pero que el Cristo le replicó:”No tendrías poder, si no te hubiese sido dado de arriba”. Y arriba’, para unos pueda ser Dios; para otros, el pueblo. Pero ese arriba existe. Y el ‘arriba’ es el que da el poder. Y el gobernante debe ser consecuente con el poder que se le ha depositado. Si es Dios el que otorga el poder, éste debe ejercerse para bien de todos los hijos de Dios (el hombre). Si es el pueblo, para obtener beneficios cónsonos a su dignidad. Así lo dice la razón más elemental. De manera que gobernantes y gobernados han de ir buscando fórmulas de avenimiento para un mundo mejor. Todos estamos obligados de igual modo a ello, para eliminar abismos, para que no haya opresores y oprimidos, para que no haya ricos y pobres, para que el que venga a este mundo sea recibido por los iguales de su especie y pueda desarrollarse como ser humano. Al respecto ‘Clave 9’, en manifestación del Plan Superior, pues que no estamos solos, y nos vigilan seres muy superiores a nosotros, nos brinda el Mensaje de Libertad, de Justicia y de Amor en un ‘EN – PARA’. O sea: En Libertad, para la Libertad; en Justicia, para la Justicia; y en Amor , para el Amor. Un trípode (Libertad, Justicia y Amor) que, al ejercitarnos en él, nos deviene en una nueva conciencia: ’Conciencia Cósmica’. Y esta conciencia será el nuevo sol que alumbrará a la humanidad en un mundo realmente mejor, pues que en la ‘Conciencia Cósmica’ desaparecen los contrarios, no como simples opuestos, sino como enemigos. Los opuestos, como lo somos unos respecto al otro, no son malos los. Esto es, el hecho de que seamos diferentes no quiere decir que seamos enemigos, pues que por las diferencias se puede llegar mediante la razón, la libertad y la voluntad a las coincidencias. Por supuesto que en nuestro ser hay capacidad para ello. Y lo primero es ir tomando esa ‘Conciencia Cósmica’ e irla llevando a planos de acción positiva. Todo a favor de todos y nada en contra de nadie. Lo segundo sería idear, planificar, instrumentar y realizar el cómo vamos a construir ese mundo mejor. Mundo mejor que debe ser el reflejo de un ‘ideal de vida’. Un ideal de Libertad, de Justicia y de Amor. De que tenemos esa capacidad, la tenemos. Y de que si no acometemos esta empresa tan necesaria para la humanidad entera, hasta lamentaciones serán estériles. Alguien desde la esfera del poder irá abriendo horizontes; otros lo imitarán y asimilarán. Y el sistema educativo de por medio como un instrumento indispensable. Por ende que el Estado debe ser fuerte; no para reprimir, sino para mantener la armonía social. Y un Estado es fuerte cuando se instituye no por la fuerza (violencia), ni por la mentira, sino con el consentimiento deliberado y participativo de todos y cada uno de los ciudadanos. En este ‘ESTADO PREVIO’ , previo a la ‘NUEVA GENERACIÓN’ QUE ANUNCIA EL Mensaje ‘Clave 9’, el hombre aprenderá a reconciliarse con su semejante y con su Creador. Y escrito está:”Todos me conocerán…”. El concepto de hombre no tiene por qué estar reñido con el de Creador, Dios. Y por la ‘Conciencia Cósmica’ se logra perfectamente esta idea de grandeza y de verdadera salvación. Y no es que vamos a ser ángeles, sino humanos más libres, más justos y más amorosos. Y lo de Arriba derramará sus bendiciones sobre lo de abajo. Y habrá ‘Dios y hombre; hombre y Dios’.
TÚ VALES Y MERECES MUCHO MAS
¡PIES EN TIERRA!
¡LIBERTAD, JUSTICIA Y AMOR!
Manuel, Profeta de ‘Clave 9’.